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jueves, 18 de agosto de 2011

Disturbios de Londres: otro síntoma de una sociedad enferma

Los disturbios acaecidos en Londres en las últimas semanas no ha dejado indifirente a nadie. Recuerdan a los episodios de violencia callejera que sucedieron en Francia hace unos años. A diferencia de entonces, donde los jóvenes hijos de inmigrantes fueron el colectivo responsable, la violencia de Londres y de otras ciudades inglesas ha sido mucho más transversal y generalizada, aunque las bandas organizadas han tenido un especial protagonismo.

Esto sólo, a mi parecer, puede ser interpretado de una manera: es un síntoma de una sociedad que empieza a rechinar por muchos sitios. En el Reino Unido además, se dan unos condicionantes especiales. Como dice Tom Sharpe, se trata de una sociedad especialmente violenta y además, es la sociedad con más desigualdades sociales de toda Europa Occidental (muy de acorde con el modelo anglosajón de capitalismo salvaje), incluso Sharpe ha llegado a afirmar que los hechos le recuerdan la Revolución Francesa.

Sin embargo, nos equivocaríamos si sólo redujéramos el análisis al contexto de la crisis económica. La falta de expectativas ha sido el detonante, pero la sociedad inglesa (y occidental en general) está en una situación de crisis moral y de valores, lo que resulta un caldo de cultivo perfecto para hechos de violencia callejera. El denominador común de los autores de los saqueos es que se trataba de personas jóvenes, muchos de ellos menores de edad. Esto denota una falta de ética y moral en ellos, ya que en muchos casos saqueaban tiendas de barrio, e incluso robaban a personas indefensas por la calle (famoso es el vídeo del robo al chico aturdido).

¿Cuáles han sido las causas para ello? ¿Por qué estos jóvenes han protagonizado estos hechos? Vivimos en una sociedad que nos trata como personas semi-esclavizadas a cambio de un sueldo para malvivir en la mayoría de los casos y, sobretodo, consumir y consumir, para que la rueda no pare, para que la economía crezca y crezca indefinidamente (¿?!). Esto provoca que los adultos dediquen la mayor parte de tiempo y energía al trabajo, dejando poco tiempo que dedicar a sus hijos, incluso a la vida en pareja. Esto puede ser causante de la desestructuración de muchas familias, que en el caso de ser monoparentales el efecto de la falta de dedicación a los hijos se acentúa.

Lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos, además de asegurarles un mínimo sustento, es dedicarles tiempo, y darles una referencia válida para que adquieran una escala de valores adecuada. La escuela es un complemento, no un sustituto del ámbito familiar, y esto creo que no es de derechas o de izquierdas, de procesar una religión u otra, es sentido común. Además, ni en las escuelas ni en la socieded se promueve la cultura del esfuerzo (a eso le dedicaremos otra entrada). Aunque un adecuado entorno familiar no asegura un hijo "por el buen camino", sí que maximiza las posibilidades de que tenga éxito en la vida. Pero la sociedad nos lo pone difícil, ya que cada vez resulta más difícil conciliar vida familiar y laboral.

Es una época de cambios, ya están apareciendo muchos síntomas, y las redes sociales están actuando como catalizadoras de todo ello. Se hace preciso un cambio de modelo de sociedad, más basado en las personas que en el beneficio económico, pero en esta transición o revolución se debe hacer de la formá más pausada posible, de forma silenciosa.

Más datos en:

http://www.20minutos.es/noticia/62499/0/paris/disturbios/violencia/
http://www.lavanguardia.com/internacional/20110811/54199226496/cameron-os-encontraremos-os-procesaremos-y-os-castigaremos.html
http://es.noticias.yahoo.com/escritor-tom-sharpe-atribuye-disturbios-londres-desigualdades-car%C3%A1cter-111920772.html
http://www.antena3.com/noticias/mundo/aprovechan-confusion-robar-mochila-joven-herido_2011080900113.html

Un saludo

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